La dictadura mediática

miércoles, 23 de julio de 2008

Pero esta marcha del 20 de julio acaba de demostrar varias cosas: Primero, que como lo había anunciado hace poco esa ave negra del comisionado Restrepo, los intermediaros entre el Estado democrático y la sociedad moderna llamados Partidos Políticos legales se disolvieron y “han dejado de existir”.
Alberto Pinzón Sánchez
En febrero, los Medios de comunicación del régimen y el Estado convocaron y organizaron una marcha ciudadana, con el fin de estimular dentro de ciertas clases medias urbanas, la repulsa que sienten hacia la Insurgencia colombiana, manipulando del rechazo elemental que toda sociedad civilizada moderna tiene contra el secuestro de ciudadanos. En Marzo y como una reacción normal, la organización no gubernamental de Victimas del Terror del Estado, realizaron otra marcha simplemente para denunciar y mostrar todos los crímenes cometidos en 40 años de Guerra Sucia Oficial y Estatal.
Y, a pesar de la asimetría en recursos y sobre todo desde la Legitimidad, pues unos protestaron contra crímenes cometidos por rebeldes que no aceptan la legalidad colombiana actual, mientras que los otros alzaron su voz contra los crímenes cometidos con toda la legalidad del Estado colombiano, parecía que el solo hecho de recurrir a la movilización de masas en la calle denunciando la degradación del conflicto, la sociedad colombiana en su conjunto estaba en un proceso de maduración y de aceptación de la realidad : El secuestro es un crimen atroz cometido por ilegales, pero no se puede equiparar legalmente a la desaparición, los fusilamientos, descuartizamientos, desplazamientos y demás crímenes de guerra sucia cometidos por el Terrorismo de un Estado amparado en esa legalidad que lo sostiene ante el mundo.
Muchos supusimos de buena fé, que a partir de esa igualdad escueta que da a todos los ciudadanos la ley moderna; la sociedad colombiana espontáneamente se estaba encaminaba hacia la comprensión madura del conflicto social armado, que durante los últimos 60 años ha desgarrado irremediablemente su tejido social más íntimo y nos dirigíamos hacia su solución. Pero la vida es una barca, decía Calderón.

Aprovechando las inmensas ganancias en dólares generados en la espuma mediática que produjo la afortunada liberación de Ingrid Betancur y sus compañeros de cautiverio, una vez más los medios de comunicación en asocio con sectores privilegiados del Estado, convocaron, organizaron y azuzaron la marcha de la “victoria contra el secuestro” que se acaba de realizar este 20 de Julio. Primaron los intereses rapaces de una clase dominante apoyada desde Washington, que cuenta con la hegemonía ideológica sobre amplios sectores de clases medias y trabajadoras urbanas, para imponer sobre todo el conjunto de la sociedad colombiana su mezquina concepción de negocios del Gana-Pierde, e impedir la maduración de la idea de que en la solución diplomática moderna de conflictos sociales, tal y como lo ha confirmado la historia universal, puede darse el caso de que las fuerzas en contradicción llegan a un Gana-Gana, para que la sociedad pueda continuar su marcha ascendente y progresista.

Pero esta marcha del 20 de julio acaba de demostrar varias cosas: Primero, que como lo había anunciado hace poco esa ave negra del comisionado Restrepo, los intermediaros entre el Estado democrático y la sociedad moderna llamados Partidos Políticos legales se disolvieron y “han dejado de existir”. Ningún partido politico colombiano, ni amarillo, ni azul, ni rojo estuvo en la iniciativa de convocar a la marcha, o de organizarla. Esta fue citada, organizada, estimulada y azuzada una vez más por los medios de comunicación de masas y de propaganda encadenados, quienes al día siguiente estaban reclamando su triunfo.

El Polo Democrático hizo salvedades genéricas y obvias sobre la paz y se colgó oportunamente a la caminata, mientras que todos los demás salieron vergonzosamente a recoger firmas para la reelección de Uribe Vélez. Y así, ante la mirada silenciosa de los demócratas colombianos y del mundo, los partidos políticos colombianos fueron reemplazados de hecho por los medios de comunicación, como mecanismos democráticos para recurrir a las masas y movilizarlas, en un claro retroceso de la Democracia y en un avance hacia la Dictadura Mediática de los grupos trasnacionales españoles Planeta y Prisa, sostenedores incondicionales del actual gobierno colombiano.

Segundo, quedó demostrada la profunda partición de la sociedad colombiana: Dos (2) millones de marchantes urbanos movilizados activamente por el espectáculo, y los 40 millones de colombianos restantes, habitantes del complejo rural-urbano quienes permanecieron indiferentes.

Tercero, se ocultó deliberadamente la cara más importante del conflicto: Los crímenes del terror del Estado, y se labró mentirosamente en la conciencia social de las clases medias subordinadas el mensaje fanático e irreal, de que eliminando el secuestro de la sociedad se va a resolver con una rendición de la guerrilla, el complejo y objetivo conflicto social armado de Colombia.
Cuando lo que hay en ese fondo oculto, es una premura del régimen colombiano por ejercer una gran presión (de todo tipo) sobre la Insurgencia, para que pacte aceleradamente su desmovilización. Ya lo dijo José Obdulio en una de sus frases de antología: “No tenemos nada politico que hablar con la guerrilla. Solo su desmovilización inmediata”. Saben de sobra que cada día que la insurgencia resista, es un día perdido en los Planes que le dictan.

Pues tres factores muy poderosos corren contra el tiempo que acosa a Uribe Vélez y su aparataje de Poder y Propaganda: Uno la elección presidencial en los EEUU. Dos, la INFLACIÓN generada por el descomunal y desfondado Gasto Público destinado a la Guerra imperial, que aviva la llama de la profunda crisis económica en Colombia, la cual están tratando por todos los medios de apagar sin éxito, y tres, la crisis de los llamados “escándalos Uribistas” sobre el cohecho, la para-política y la corrupción, que siguen corriendo en términos en la Corte Suprema de Justicia.
Ya lo había advertido Sun Tzu hace 25 siglos en su librito que vale la pena volver a releer: “4- Si el ejercito emprende campañas prolongadas, los recursos del Estado no alcanzarán… 6- Si se conocen casos de precipitaciones desafortunadas en la guerra, nunca hemos oído hablar de una operación hábil que se prolongue” (Sun Tzu el arte de la guerra 10 edición. Fundamentos. España.2002.).

Es decir, que el llamado conflicto colombiano finalmente ha llegado a la fase ineludible en que no se puede resolver sin contar con toda la Sociedad y sin comprometer a la verdadera Democracia en su solución. Por esto solo deseo repetir por enésima vez lo que siempre he sostenido: Que únicamente una Salida Política, amplia, democrática, popular, con justicia y soberanía, nos podrá conducir hacia la superación de esta terrible situación por la que atraviesa nuestro amado país.





















CAMARADAS MANUEL MARUALANDA, IVAN RIOS ¡JURAMOS VENCER!